Abdul Ghani Baradar, líder talibán al frente de Afganistán. (Foto: wikipedia)

Afganistán cae en manos de los talibanes

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Los talibanes han tomado ya las principales capitales provinciales de Afganistán, entre ellas Aybak, provincia de Samangan, y el pasado domingo 15 de agosto entraron a Kabul, la capital del país.

Por su parte, el presidente afgano, Ashraf Ghani, junto a una cantidad ingente de personas, ha abandonado el país. Helicópteros ayudan a evacuar el personal de la embajada estadounidense y trasladan a los empleados extranjeros a sitios seguros.

Afganistán sin ayuda

Ha empezado una nueva guerra civil en Afganistán tras la decisión de retirar las tropas internacionales. El talibán, con una asombrosa rapidez, se ha adueñado otra vez de las ciudades más importantes del país.

Tras prácticamente entregar el poder sin resistencia de ningún tipo, el presidente afgano admite: “Los talibanes ganaron”.

Pueden verse imágenes de los insurgentes ocupando el palacio presidencial apenas horas después de que Ghani abandonase el país. La ofensiva talibán fue rápida y fulminante, y una tras otra las ciudades han caído en su poder.

El ejército afgano no tiene recursos para luchar contra el talibán, que ha recuperado los espacios perdidos sin dilación, y por ello es que la rendición es casi total.

Civiles afganos: otra vez refugiados

Los talibanes han declarado: “Si no renuncian a la cultura occidental tendremos que matarlos”, refiriéndose a la población civil que no acepta los valores radicales islamistas que son la bandera del grupo extremista.

Miles de mujeres, hombres y niños han abandonado el país por el temor a los talibanes, que otra vez impondrán severos castigos y restringirán la educación para las niñas mayores de 10 años.

Pero las rígidas e inflexibles restricciones no solo afectan a las mujeres, sino a todos los que rechacen al talibán, lo que ha causado de nuevo un éxodo de afganos a Kabul, pensando que la ciudad iba a ser segura, y a las fronteras de países vecinos.

Pakistán, por ejemplo, hace unos días había declarado el cierre de sus fronteras y su negativa a aceptar a más refugiados, pero la decisión cambió en las últimas horas y está dejando entrar a refugiados afganos que huyen del talibán.

La evacuación de las ciudades por parte de los funcionarios administrativos provinciales y de las fuerzas de seguridad es completa, después de meses de resistir infructuosamente los ataques de los talibanes en todos los distritos provinciales.

Se ha efectuado una especie de traspaso de poder, es lo que podría pensarse tras la entrega sin resistencia de las diversas capitales, incluida Kabul, ante el abandono del país por parte del presidente Ghani.

En Aybak, las autoridades pusieron en libertad a todos los prisioneros, con la esperanza de que parte de ellos tomaran las armas y lucharan contra el talibán, pero nada ha servido para frenar el avance absoluto de los insurgentes.

Así Afganistán vuelve de nuevo a tiempos sombríos, dejando cientos de miles de civiles que huyen sin tener un lugar seguro donde vivir.
 
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