Estados Unidos, Reino Unido y Australia han suscrito un acuerdo de intercambio de tecnología nuclear. (Foto: Wikimedia)

AUKUS: crisis diplomática con la Alianza Atlántica

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Estados Unidos, Reino Unido y Australia han suscrito un acuerdo de intercambio de tecnología nuclear para la construcción de submarinos, el desarrollo de capacidades militares basadas en la inteligencia artificial, la cooperación industrial, la cibernética y la cuántica.

AUKUS (por las siglas de Australia, Reino Unido y Estados Unidos en inglés) supone un cambio geopolítico que mueve las piezas de poder en otro sentido. Si bien las tres potencias anglosajonas han colaborado durante los últimos 100 años, AUKUS es un giro que deja fuera a la UE, Rusia y, por supuesto, China.

“Democracia vs. autocracia”

Así lo definió el presidente Joe Biden hace pocos días cuando anunció la alianza. “Tomamos otro paso histórico para profundizar y formalizar la cooperación entre nuestras tres naciones, porque reconocemos el imperativo de asegurar la paz y la estabilidad del Indo-Pacífico a largo plazo”.

Tras la expansión china, Estados Unidos se asegura de tejer una red de alianzas estratégicas para contener el crecimiento indetenible del gigante asiático. Pero no solo Estados Unidos se beneficia.

Australia ha visto de cerca cómo China ha ido acercándose. Durante años, el acercamiento comercial con China fue visto favorablemente por los gobernantes australes, y para satisfacer la necesidad pekinesa de recursos naturales se hicieron acuerdos para la explotación de las minas australianas.

Pero los intereses de Xi Jinping han arrinconado a sus vecinos, generando un gran recelo entre Vietnam, Japón, Filipinas, Taiwán y Australia. No es extraño, entonces, que este último haya recibido calurosamente el acuerdo AUKUS.

¿Una nueva guerra fría?

AUKUS no es el único acuerdo para mantener a raya a China, pero sí el que intercambiará información más sensible, ya que se trata de tecnología militar nuclear.

Ya está sobre el tapete Five Eyes, una macro agencia de inteligencia militar entre Estados Unidos, Nueva Zelanda, Canadá y AUKUS, y la Cuádruple, formada por Estados Unidos, India, Japón y Australia.

Todo esto para impedir la supremacía china y mantener las democracias de la región; es una estructura que elimina la alianza global para frenar a los soviéticos y que generó la formación de la OTAN en su momento.

Por su parte, Boris Johnson, el primer ministro británico, luego de su estrepitosa salida de la UE, encuentra en AUKUS entornos más flexibles que le permitirán no depender de la Unión Europea para formar parte importante del bloque occidental.

Para Australia significa sacarse de encima a China y asegurar un liderazgo regional, y por otro, sacudirse un acuerdo con Francia de 90.000 millones de dólares para dotación de submarinos tradicionales, lo que, como es comprensible, tiene a Francia furiosa.

AUKUS ha dejado en evidencia la debilidad de Europa y su incapacidad de convencimiento de ser un aliado fiable, alimentada por los miembros probritánicos y proamericanos europeos: Noruega, Dinamarca, Holanda, Polonia, Hungría y República Checa.

Apoyar a AUKUS les reportará a estos países la confianza de ser tenidos en cuenta y de mantener su independencia, en un entorno en el que sienten que la política exterior europea les deja de lado.

Las alianzas mundiales están cambiando la faz geopolítica, hoy más que nunca el mundo es un tablero de ajedrez en el que no hay un ganador cierto. Y Xi Jinping ha amenazado: “Si hay enfrentamiento entre China y Estados Unidos, el mundo sufrirá”.
 
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