Biden respaldó el duro ataque de Blinken a China en la cumbre de Alaska
Cuando todos los ojos escrutan al presidente Joe Biden, vigilando su salud física y su agilidad mental, inoportuno traspiés al subir al Air Force One para volar a Atlanta.
Al llegar a la mitad de la escalerilla se trastabilló dos veces seguidas. Cayó hacia adelante. Y pudo sujetarse in extremis con la mano derecha a la barandilla de metal para continuar su ascenso sin más incidencias hasta la puerta del avión.
El Air Force One despegó poco después de la base militar de Andrews, en los suburbios de Washington. El presidente de Estados Unidos, de 78 años, se dirigía a Atlanta para reunirse con representantes de la comunidad asiáticoamericana, que ha sufrido este semana una serie de tiroteos en salones de masajes.
Choque con China
A la crisis abierta en la relación personal de Joe Biden con Vladimir Putin, se sumó ahora el choque con China.
Fuerte tensión en Anchorage, la capital del estado de Alaska, en la cumbre celebrada en el hotel Capitán Cook. Se trataba de la primera reunión de alto nivel entre los responsables de la política exterior y de seguridad de Estados Unidos y China. Una cumbre glacial que añade el interrogante chino al ruso y arroja dudas sobre la cumbre virtual de Joe Biden y Xi Jinping para celebrar el Día de la Tierra el 22 de abril.
En la cumbre de Alaska, el secretario de Estado, Tony Blinken, lanzó un durísimo ataque a la fila de funcionarios del Partido Comunista de China (PCCh) que estaban enfrente. Expresó su "profunda preocupación" por las acciones de China que amenazan con crear un mundo "en el que quien tiene el poder hace las leyes, y que podría ser mucho más violento e inestable".
Blinken acusó a Pekín de ciberataques y de violar los derechos de la minoría musulmana de la provincia de Xinjiang, de la población del Tibet, y de los habitantes de la ciudad de Hong Kong y de Taiwan.
Recriminó a Pekín usar "coaccionar económicamente a nuestros aliados", y dejó claro que para la Administración de Joe Biden cuestiones como la democracia o el respeto a los Derechos Humanos no son asuntos internos de los países.
Por su parte Wang Yi, en nombre del Politburó del Partido Comunista Chino acusó a Estados Unidos de ser "campeón de ciberataques subrayabdo además los disturbios raciales de 2019 y la protesta del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) para subrayar que "mucha gente en Estados Unidos no tiene confianza en la democracia de ese país".
La respuesta de Blinken no se hizo esperar señalando que Estados Unidos "no es perfecto", pero sí una sociedad abierta y democrática que discute sus problemas con transparencia.
"Lo que hemos hecho a lo largo de nuestra Historia ha sido afrontar esos retos de manera abierta, pública, transparente, no negando que existen", afirmó.
Blinken recordó cómo, en una reunión de Biden y Xi cuando ambos eran vicepresidentes, el hoy presidente le remarcó a su interlocutor la afirmación de "nunca apuestes contra Estados Unidos". A esta cumbre asistió el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Para los analistas, el choque de Alaska confirmó que las relaciones de Estados Unidos con China han caído a su punto más bajo desde la misión pionera del presidente Richard Nixon de "abrir" el entonces aislado estado comunista en la década de 1970. Mientras tanto, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se encuentran en su punto más difícil desde la caída de la Unión Soviética.
El presidente ha mostrado por su parte todo su apoyo al secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. Por parte de China asistieron a la cumbre de Alaska el responsable del Partido Comunista de China (PCCh) para Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, y el jefe de la diplomacia, Wang Yi.
Al llegar a la mitad de la escalerilla se trastabilló dos veces seguidas. Cayó hacia adelante. Y pudo sujetarse in extremis con la mano derecha a la barandilla de metal para continuar su ascenso sin más incidencias hasta la puerta del avión.
El Air Force One despegó poco después de la base militar de Andrews, en los suburbios de Washington. El presidente de Estados Unidos, de 78 años, se dirigía a Atlanta para reunirse con representantes de la comunidad asiáticoamericana, que ha sufrido este semana una serie de tiroteos en salones de masajes.
Choque con China
A la crisis abierta en la relación personal de Joe Biden con Vladimir Putin, se sumó ahora el choque con China.
Fuerte tensión en Anchorage, la capital del estado de Alaska, en la cumbre celebrada en el hotel Capitán Cook. Se trataba de la primera reunión de alto nivel entre los responsables de la política exterior y de seguridad de Estados Unidos y China. Una cumbre glacial que añade el interrogante chino al ruso y arroja dudas sobre la cumbre virtual de Joe Biden y Xi Jinping para celebrar el Día de la Tierra el 22 de abril.
En la cumbre de Alaska, el secretario de Estado, Tony Blinken, lanzó un durísimo ataque a la fila de funcionarios del Partido Comunista de China (PCCh) que estaban enfrente. Expresó su "profunda preocupación" por las acciones de China que amenazan con crear un mundo "en el que quien tiene el poder hace las leyes, y que podría ser mucho más violento e inestable".
Blinken acusó a Pekín de ciberataques y de violar los derechos de la minoría musulmana de la provincia de Xinjiang, de la población del Tibet, y de los habitantes de la ciudad de Hong Kong y de Taiwan.
Recriminó a Pekín usar "coaccionar económicamente a nuestros aliados", y dejó claro que para la Administración de Joe Biden cuestiones como la democracia o el respeto a los Derechos Humanos no son asuntos internos de los países.
Por su parte Wang Yi, en nombre del Politburó del Partido Comunista Chino acusó a Estados Unidos de ser "campeón de ciberataques subrayabdo además los disturbios raciales de 2019 y la protesta del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) para subrayar que "mucha gente en Estados Unidos no tiene confianza en la democracia de ese país".
La respuesta de Blinken no se hizo esperar señalando que Estados Unidos "no es perfecto", pero sí una sociedad abierta y democrática que discute sus problemas con transparencia.
"Lo que hemos hecho a lo largo de nuestra Historia ha sido afrontar esos retos de manera abierta, pública, transparente, no negando que existen", afirmó.
Blinken recordó cómo, en una reunión de Biden y Xi cuando ambos eran vicepresidentes, el hoy presidente le remarcó a su interlocutor la afirmación de "nunca apuestes contra Estados Unidos". A esta cumbre asistió el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Para los analistas, el choque de Alaska confirmó que las relaciones de Estados Unidos con China han caído a su punto más bajo desde la misión pionera del presidente Richard Nixon de "abrir" el entonces aislado estado comunista en la década de 1970. Mientras tanto, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se encuentran en su punto más difícil desde la caída de la Unión Soviética.
El presidente ha mostrado por su parte todo su apoyo al secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. Por parte de China asistieron a la cumbre de Alaska el responsable del Partido Comunista de China (PCCh) para Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, y el jefe de la diplomacia, Wang Yi.
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