Corea del Norte muestra su poder a Estados Unidos con dudas de Donald Trump

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Si Corea del Norte realiza su sexta prueba nuclear, es más probable que nunca que la situación llegue a un punto de no retorno. Es el análisis oficial de República Popular de China de la actual crisis. Pekín está actuando para que haya un paso atrás de Kim Jong-un, secretario general del Partido del Trabajo de Corea del Norte. 



Xi Jinping no quiere un choque de Corea de Norte con Estados Unidos. Pero está comprendiendo que no podrá contener tanto a Kim Jong-un como a Donald Trump si se empeñan en un choque de orgullo personal que sería una catástrofe.

Corea del Norte ha efectuado un ejercicio de tiro masivo alrededor de la ciudad portuaria de Wonsan. Han participado 400 piezas de artillería de largo alcance. Nunca Pyongyang había hecho tanta ostentación de su capacidad de ataque terrestre. 

A Pusan, Corea del Sur, llegó el submarino nuclear Michigan con 150 misiles Tomahawk. El Michigan no participará en las maniobras navales prevstas de Estados Unidos y Corea del Sur. Pero es una pieza estratégica clave, intimidatoria también, frente a Corea del Norte.



Dudas de Trump

El escenario de Corea del Norte no es el de Siria. Si se abre un choque, puede producirse una enorme destrucción en la zona de Asia-PacíficoXi Jinping ha advertido a Donald Trump de los peligros y la necesidad de construir una estrategia de distensión en una zona que no cuenta con una estructura de seguridad como la OTAN.

Pese a los informes alarmantes, Donald Trump no ha colocado a las Fuerzas Armadas en el estado de alerta roja denominado Defcon 2. Si se da este paso tiene que ser de manera formal y mediante un anuncio público.El Comando del Pacífico de Estados Unidos no ha enviado un segundo portaaviones al este de Asia. Pero el portaaviones USS Carl Vinson ya está en la zona del Mar del Japón.

Para el Pentágono, sin embargo, es peligroso el paso dado por Corea del Norte de masivo ensayo de artillería. Los satélites de Estados Unidos no han captado traslado de munición para una batalla.

Analistas en Tokio temen sobre todo a la vanidad de Donald Trump y de Kim Jong-un. El presidente de Estados Unidos llegó a afirmar ante periodistas que no cree que Kim sea "tan fuerte como dice que es". Es el temor también en Pekín. Que altos jefes militares presionen a Kim para una nueva prueba nuclear.

Pekín no quiere una nueva guerra en la Península de Corea. Será el final de Corea del Norte, el nacimiento de una Corea unificadas con tropas de Estados Unidos junto a la frontera con República Popular de China y un éxodo masivo de refugidos. Una catástrofe para la región. Hasta ahora, muy graves incidentes no crearon una espiral de guerra.

Pero esta lucha de egos es diferentes. Es el verdadero peligro. Donald Trump tiene dudas pero puede cometer un error porque no tiene contención personal ni reflexión crítica y prudencia de sus colaboradores más directos en la Casa Blanca que se mueven en un escenario pasional. Sería un conflicto además que desbordaría a Ivanka y se convertiría en destructivo para la reputación del clan Trump y sus ambiciones en Washington.
 
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