Qué interrogantes se enfrenta el sucesor de Angela Merkel y cuáles son los desafíos a nivel internacional. (Foto: Wikimedia)

El desafío del adiós de Angela Merkel

Compartir en:
El actual vicecanciller y ministro de Finanzas alemán, y candidato socialdemócrata Olaf Scholz, ha salido ganador en las elecciones celebradas en Alemania el domingo 26 de septiembre, en unos reñidísimos comicios que dejan abiertos muchos interrogantes.

La era Merkel llega a su fin

Tras el anuncio de su renuncia, en 2018, su partido, la CDU, se tambaleó dramáticamente, dando como resultado haber perdido. Según Michael Werz, analista del Center for American Progress, en parte se debe a que Merkel ha sido más popular que su propio partido.

Los 16 años de su gobierno dejaron cosas que celebrar; una de las más notables es que posicionó a Alemania como un socio fiable internacional. Uno de cada tres europeos percibe al país germano como capaz de defender los intereses económicos comunes y los derechos humanos.

Asimismo, a nivel interno, modernizó su propio partido, lo que Franco Delle Donne, experto en política alemana, califica de “ensanchamiento del centro”.

Por otra parte, su principal legado, la cultura política que Merkel generó, buscó siempre la estabilidad y usó el pragmatismo como una metodología política, para incrementar la capacidad de solución ante las crisis y mostrar siempre una actitud racional, sosegada, racionalista.

Es una figura que ha trascendido el mundo, y sin muchos aspavientos. Su capacidad mediadora y moderadora le dio una influencia de alcance global. Sin embargo, reformas pendientes en su propio país están rezagadas, y quien ocupe próximamente el cargo cargará con lo bueno y con lo malo.

Si Europa va bien, Alemania va bien

Si bien para los alemanes de a pie Europa es lo que menos les importa en las elecciones, los políticos lo tienen bien claro: Alemania va bien cuando Europa va bien.

En este sentido, y si bien los conservadores rechazan de plano la unión fiscal europea y el Next Generation, el fondo de reconstrucción, los socialdemócratas y los Verdes –los principales ganadores de la contienda– apuestan por continuar la integración.

De cualquier forma, la personalidad y la autoridad política de Merkel estuvieron siempre en defensa de la unión europea –el concepto– frente a actitudes divisionistas de países miembros, como Hungría o Polonia.

Bruselas se las verá difícil para continuar sin Angela Merkel, en un contexto cambiante y agresivo.

El nuevo canciller tendrá que formar una coalición para poder gobernar. Esto abre una puerta histórica para los Verdes, que resultan indispensables para cualquiera que hubiese ganado, pues constituyen la tercera fuerza política.

El nuevo canciller tendrá que lidiar con una buena cantidad de reformas pendientes, que van desde las pensiones hasta la reconversión industrial verde, con el aumento de la factura de la luz y frente al impacto del cierre tanto de la última central nuclear como de la industria del carbón, aunque falta más de una década para eso.

Sin hablar de la innovación tecnológica y de regulaciones que cierran posibilidades a nuevos emprendedores, como los de Glovo o Uber, y de la renovación de infraestructuras a nivel nacional, como carreteras y puentes.

El punto álgido que deberá enfrentar es la relación con China, principal aliado comercial de Alemania.
Compartir en: