Donald Trump y Vladímir Putin, vías de diálogo complicadas en Helsinki
Helsinki, capital de Finlandia, ese es el escenario donde Donald Trump y Vladimir Putin sostendrán su primera cumbre bilateral. Donald Trump llega a la cita con uno de sus principales intereses cumplidos: aumentar el gasto en defensa de los países de la OTAN.
Se espera que hablen sobre los conflictos en Siria y Ucrania, el desarme nuclear y la presunta interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses de 2016.
Pocas horas antes del encuentro, el presidente de Estados Unidos, que tiene "pocas expectativas", escribió a través de Twitter que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia "nunca han estado peor gracias a muchos años de tonterías y estupideces estadounidenses y, ahora, la caza de brujas amañada", en referencia a la investigación del FBI sobre la trama rusa, en la que fueron imputados varios agentes rusos por piratear la campaña Clinton y el círculo político de Trump está siendo investigado, con su exjefe de campaña, Paul Manafort, condenado a prisión.
Además, culpó al expresidente Barack Obama de no haber actuado contra la presunta injerencia rusa y ha revindicado la "fortaleza y riqueza" de la OTAN tras sus negociaciones en la OTAN.
La reunión se produce en un momento de enfrentamiento entre Occidente y Rusia, a la que acusan de tratar de interferir en procesos electorales y cuya crisis se agravó con el envenenamiento del exespía ruso Skripal, lo que provocó la expulsión de diplomáticos rusos de decenas de países de la UE, además de Estados Unidos.
De hecho, Putin asume la cumbre con el mandatario estadounidense como una oportunidad para reivindicar su papel de superpotencia. Sin embargo, el telón de fondo del encuentro será la investigación sobre la presunta injerencia rusa en las presidenciales de EE.UU., además de los desencuentros sobre la guerra en Siria y Ucrania.
Con respecto a Siria, Estados Unidos quiere limitar la presencia militar iraní y confía en que Rusia ejerza influencia sobre Teherán en ese sentido. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, explicó que la conversación se prevé "complicada por la postura de Estados Unidos sobre Irán".
Se espera que hablen sobre los conflictos en Siria y Ucrania, el desarme nuclear y la presunta interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses de 2016.
Pocas horas antes del encuentro, el presidente de Estados Unidos, que tiene "pocas expectativas", escribió a través de Twitter que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia "nunca han estado peor gracias a muchos años de tonterías y estupideces estadounidenses y, ahora, la caza de brujas amañada", en referencia a la investigación del FBI sobre la trama rusa, en la que fueron imputados varios agentes rusos por piratear la campaña Clinton y el círculo político de Trump está siendo investigado, con su exjefe de campaña, Paul Manafort, condenado a prisión.
Además, culpó al expresidente Barack Obama de no haber actuado contra la presunta injerencia rusa y ha revindicado la "fortaleza y riqueza" de la OTAN tras sus negociaciones en la OTAN.
La reunión se produce en un momento de enfrentamiento entre Occidente y Rusia, a la que acusan de tratar de interferir en procesos electorales y cuya crisis se agravó con el envenenamiento del exespía ruso Skripal, lo que provocó la expulsión de diplomáticos rusos de decenas de países de la UE, además de Estados Unidos.
De hecho, Putin asume la cumbre con el mandatario estadounidense como una oportunidad para reivindicar su papel de superpotencia. Sin embargo, el telón de fondo del encuentro será la investigación sobre la presunta injerencia rusa en las presidenciales de EE.UU., además de los desencuentros sobre la guerra en Siria y Ucrania.
Con respecto a Siria, Estados Unidos quiere limitar la presencia militar iraní y confía en que Rusia ejerza influencia sobre Teherán en ese sentido. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, explicó que la conversación se prevé "complicada por la postura de Estados Unidos sobre Irán".
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