La economía de Rusia ha comenzado a estabilizarse. (Foto: Envato)

La economía de Rusia comienza a despegar contra todo pronóstico

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Todo parece indicar que la economía de Rusia se está estabilizando. Pese a las sanciones, la caída en default y la incertidumbre que genera su guerra particular con Ucrania, Rusia parece estar resistiendo mejor de lo que pensaban. 

Su adaptación más rápida de lo esperada a la nueva situación y su elevado precio de las materias primas, están generando un flujo constante de ingresos para el país y por tanto ayudando a Moscú a lidiar con la crisis. 

El rubo se mantiene fuerte gracias a estos ingresos por materias primas, los controles de capital (poco a poco se van levantando) y la prohibición a buena parte de las importaciones, lo que conllevó a un gran superávit.

Cuando comenzó la invasión de Rusia a Ucrania y se implementaron las primeras sanciones, el rublo se desplomó. Los analistas y gobiernos de Occidente pronosticaron una caída imparable para la economía de Rusia, con una inflación por las nubes. 

Sin embargo, hace unos días, la inflación rusa era más baja que hace dos meses y está en el 15% (es cierto que es muy alta), no tan lejos del 10,2% de España o incluso por debajo de algunos países bálticos, que pese a estar en el euro presentan una inflación del 20%.

El Banco de Rusia en un análisis publicado el pasado jueves, señaló que está adaptado a la nueva situación. "Entre mayo-junio, la economía rusa ha mostrado principalmente signos de estabilización, mientras que los datos sectoriales divergieron ampliamente. Las tendencias negativas surgieron en mayo en el sector de la industria y el transporte, entre otros, mientras que se observó un crecimiento en la industria minera", explicaron.

Asimismo, el PMI volvió a situarse por encima de 50 (más de 50 supone crecimiento o expansión) en junio, tras haberse desplomado hasta los 37,7 puntos en marzo, al comienzo de la guerra.

Hay que recalcar que, pese a estos datos, Rusia se enfrenta a una crisis económica histórica, pero que quizá no alcance la profundidad que se esperaba en un principio desde Occidente, y que además puede quedar enmascarada por la propia recesión económica a la que se enfrentan EEUU, la Eurozona o Reino Unido. 

En menos de dos meses, las previosiones de la economía rusa ha mejorado en más de 1,2 puntos, mientras que las de los países avanzados se deterioraban drásticamente. Por otro lado, la tasa de paro que publica el Gobierno (sea creíble o no) ha caído por debajo del 4% por primera vez en décadas.

 "La dependencia de Rusia de los ingresos por materias primas ha hecho que los precios de los combustibles (gas y petróleo) sean un factor determinante clave del destino económico. Cada una de las cuatro crisis anteriores se vieron agravadas por la caída en picado de los precios del petróleo, lo que generó déficits presupuestarios y privó al banco central de las reservas de divisas necesarias para estabilizar el rublo", señaló Josh Lipsky, economista del Consejo de Atlanta.


"Hoy, el aterrizaje de la economía se ha visto suavizado por la subida vertiginosa de los precios del petróleo. Los ingresos de exportación de Rusia generaron casi 100.000 millones durante los primeros 100 días de la guerra, lo que resultó en un superávit comercial récord de 70.100 millones en el segundo trimestre", señala.

"Esto ha permitido a Moscú aumentar las pensiones y el salario mínimo en un 10% en un esfuerzo por apaciguar a los ciudadanos rusos. La pregunta es qué vendrá después. La recesión empeorará y la inflación agravará el dolor económico. Los rusos aún no han sentido el impacto total de las sanciones", indica.
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