Gabinetes de crisis en San Juan y Santo Domingo ante Irma y José
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Miami -National Hurricane Center, NHC- confirmó una situación crítica en la fachada oriental del Caribe. El peligro es para las Antillas Menores, el arco que se prolonga desde el este de Puerto Rico hasta la costa de Venezuela. También para las Antillas Mayores, especialmente para la isla de La Española -República Dominicana y Haití-, Puerto Rico y sus pequeñas islas, y Cuba.
Los vuelos locales han sido cancelados. Medidas de alarma en aeropuertos y puertos. Interrumpido todo el tráfico marítimo, ferrys y cruceros, y embarcaciones de pesca y recreo. Todas las medidas de protección se han tomado en la zona en una situación no conocida hasta ahora. Se han sucedido las llamadas a la serenidad para evitar una situación de pánico.
En San Juan, en La Fortaleza, y en Santo Domingo, en Palacio Nacional, se han constituído células de crisis con una cadena de mando para adoptar decisiones inmediatas de socorro. El gobernador Ricardo Roselló y el presidente Danilo Medina están a la vez en contacto por ser Puerto Rico y República Dominicana los dos escenarios con más población amenazados por Irma a su llegada al Caribe.
El Centro Nacional de Huracanes situó a Irma como huracán de categoría 5 pasando entre el miércoles y la madrugada del jueves al norte noreste de Puerto Rico.
"Un alto porcentaje de casas serán destruidas. Los árboles caídos y los postes aislarán las áreas residenciales. Los cortes de energía durarán semanas o meses. La mayor parte del área será inhabitable por semanas o meses", es el escenario contemplado por el Centro Nacional de Huracanes para un fenómeno de categoría 5. Desde 1928, Puerto Rico no vive una situación tan grave como la de Irma.
Es una incógnita el escenario final. Irma llega al Caribe como amenaza directa sobre Islas Vírgenes y Puerto Rico. Entre jueves y viernes afecta a República Dominicana y Haití. Representa un gran peligro para Haití por ser la nación del Caribe con estructuras más precarias. En su tercera etapa en el Caribe, afectará también a Cuba. A partir de ese momento es una incógnita todavía su rumbo.
En su última etapa supone también una amenaza para las Bahamas. El ojo del huracán podría tocar tierra finalmente en Florida, cerca de Miami. Pero hay el escenario no descartado de una entrada en el Golfo de México. El Centro Nacional de Huracanes lo califica de "extremadamente peligroso".
Los expertos han subrayado el avance lento y su extraordinario fortalecimiento. Lo previsible hubiera sido su entrada en el Caribe con categoría 1 pero no como huracán mayor de categoría 5. Avisa de nuevo del cambio climático y de fenómenos extremos y muy peligrosos. El modelo de Irma es el de Harvey, con capacidad de causar inundaciones no conocidas. Irma tiene ya detrás a la tormenta tropical José que podría seguir su mismo modelo.
Harvey causó en Texas 60 muertos y daños materiales por valor de 200.000 millones de dólares. Hace 25 años, Andrew dejó un balance de dolor en Florida con 65 muertos y 60.000 casas arrasadas.
El Centro Nacional de Huracanes, con sus aviones, ha comprobado que Irma se trasladaba en mar abierto con vientos de 280 kilómetros. Su radio de alcance llega a los 75 kilómetros. Irma se convirtió en el peor huracán en el Atlántico en una década.
Los vuelos locales han sido cancelados. Medidas de alarma en aeropuertos y puertos. Interrumpido todo el tráfico marítimo, ferrys y cruceros, y embarcaciones de pesca y recreo. Todas las medidas de protección se han tomado en la zona en una situación no conocida hasta ahora. Se han sucedido las llamadas a la serenidad para evitar una situación de pánico.
En San Juan, en La Fortaleza, y en Santo Domingo, en Palacio Nacional, se han constituído células de crisis con una cadena de mando para adoptar decisiones inmediatas de socorro. El gobernador Ricardo Roselló y el presidente Danilo Medina están a la vez en contacto por ser Puerto Rico y República Dominicana los dos escenarios con más población amenazados por Irma a su llegada al Caribe.
El Centro Nacional de Huracanes situó a Irma como huracán de categoría 5 pasando entre el miércoles y la madrugada del jueves al norte noreste de Puerto Rico.
"Un alto porcentaje de casas serán destruidas. Los árboles caídos y los postes aislarán las áreas residenciales. Los cortes de energía durarán semanas o meses. La mayor parte del área será inhabitable por semanas o meses", es el escenario contemplado por el Centro Nacional de Huracanes para un fenómeno de categoría 5. Desde 1928, Puerto Rico no vive una situación tan grave como la de Irma.
Es una incógnita el escenario final. Irma llega al Caribe como amenaza directa sobre Islas Vírgenes y Puerto Rico. Entre jueves y viernes afecta a República Dominicana y Haití. Representa un gran peligro para Haití por ser la nación del Caribe con estructuras más precarias. En su tercera etapa en el Caribe, afectará también a Cuba. A partir de ese momento es una incógnita todavía su rumbo.
En su última etapa supone también una amenaza para las Bahamas. El ojo del huracán podría tocar tierra finalmente en Florida, cerca de Miami. Pero hay el escenario no descartado de una entrada en el Golfo de México. El Centro Nacional de Huracanes lo califica de "extremadamente peligroso".
Los expertos han subrayado el avance lento y su extraordinario fortalecimiento. Lo previsible hubiera sido su entrada en el Caribe con categoría 1 pero no como huracán mayor de categoría 5. Avisa de nuevo del cambio climático y de fenómenos extremos y muy peligrosos. El modelo de Irma es el de Harvey, con capacidad de causar inundaciones no conocidas. Irma tiene ya detrás a la tormenta tropical José que podría seguir su mismo modelo.
Harvey causó en Texas 60 muertos y daños materiales por valor de 200.000 millones de dólares. Hace 25 años, Andrew dejó un balance de dolor en Florida con 65 muertos y 60.000 casas arrasadas.
El Centro Nacional de Huracanes, con sus aviones, ha comprobado que Irma se trasladaba en mar abierto con vientos de 280 kilómetros. Su radio de alcance llega a los 75 kilómetros. Irma se convirtió en el peor huracán en el Atlántico en una década.
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