La Guardia Nacional disparó a quemarropa contra la oposición en Caracas

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Dramático domingo en Venezuela con extrema tensión en Caracas al imponer Cuba el proceso de Asamblea Constituyente que supone el derrumbe de la democracia en el país y el final de las instituciones republicanas.

Según la empresa Datanalisis, el 72% de los venezolanos se opone a esta Asamblea Constituyente. La oposición, unida en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), la ha denunciado como un gigantesco fraude. Las órdenes de los mandos cubanos han sido esta vez muy estrictas con un estado de sitio que prohibió todo tipo de manifestaciones y concentraciones.



La Autopista Fajardo en Caracas centró el llamamiento de la oposición para expresar su protestas. La Guardia Nacional ha disparado a quemarropa contra los manifestantes. Las unidades motorizadas han intervenido constantemente en una jornada dramática con un balance de catorce muertos según nuevos datos de la MUD (a las 0:48, hora peninsular de España, en este lunes 31 de julio).

Caracas y Maracaibo, segunda ciudad del país, han vivido concentraciones contra la Asamblea Constityente. Un clima de ansiedad y extrema preocupación se ha ido extendiendo desde que amaneció un domingo lleno de tensión en Venezuela. La oposición ha mostrado el carácter despótico, corrupto e inepto de Nicolás Maduro. Y también de quienes mandan de verdad en Venezuela: los cubanos, los narcotraficantes y a quienes se denomina como los viudos del chavismo.



Cuba ha intervenido en Venezuela de forma especial en las Fuerzas Armadas: los militares que no han simpatizado primero con Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro han sido neutralizados. Los que los han apoyado se han enriquecido. Venezuela tiene hoy más generales que Estados Unidos. Los militares disidentes o han sido encarcelados, o se exiliaron, o están muertos.

Especialmente reveladora fue la última intervención ante el Senado de Estados Unidos del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. Reveló que "toda la estructura del Estado" en Venezuela "está tomada por el narcotráfico".

Luis Almagro destacó así que Venezuela pasó de petroestado a narcoestado. Venezuela está en un proceso de dejar de producir petróleo por corrupción, falta de inversión y profesionales competentes. Existen en el país cárteles poderosos, que son adinerados e influyentes, y están incrustados en las Fuerzas Armadas y el gobierno. La infiltración del narcotráfico no se ha producido en Venezuela a través de mandos intermedios de Policía y Fuerza Armadas. Ha penetrado en el Estado de forma profunda, y en las cúpulas decisivas.

Cubanos, narcotraficantes y viudos del chavismo van a tener todo el poder en sus manos con la Asamblea Constituyente. Se van a repartir el gran botín, sin ningún control, de una de las principales rutas de la droga a Estados Unidos y Europa; del contrabando de armas, y del lavado de dinero.

La corrupción se va a asentar en el corazón del poder con comercialización de comida y medicinas; y especulación con divisas y bonos.

Lo que está sucediendo en Venezuela preocupa en el Caribe y toda la región andina, y en México. El narcotráfico tiene un escenario de poder proyectándose en el Caribe desde Venezuela. Para República Dominicana, con lazos muy estrechos, el incendio y destrucción de Venezuela crea conmoción.

El papa Francisco ha seguido con extrema atención el camino desbocado en Venezuela hacia el apagón democrático total. Sabe que en Caracas, en el magma del chavismo, hay fanáticos pero también sectores dispuestos a mediar.

La Iglesia está en contacto con los esfuerzos de mediación de América Latina y la Unión Europea. Al Papa le impresionan y conmueven los jóvenes que arriesgan sus vidas por la libertad de la patria. Va a seguir siendo muy importante el rol del cardenal Pietro Parolin, exnuncio apostólico en Caracas y actual secretario de Estado del Vaticano. Nadie quiere cerrar la esperanza pero Venezuela avanza, con Cuba, a su aislamiento e instauración de un férreo autoritarismo.
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