La improvisación en Irpín, la imagen más cruel de la guerra Rusia-Ucrania

Irpín, localidad cercana a Kiev, fue uno de los escenarios más golpeados por la guerra. Una prueba de ello  son sus calles fantasma pero, también su cementerio, una instalación que ya existía pero no como se presenta en la actualidad. 

El aumento de víctimas en la guerra en Ucrania obligó a sumar filas a la extensión del cementerio, ubicado a 8 kilómetros de Kiev. Las cinco primeras filas corresponden a los ucranianos fallecidos en la guerra. Pero este trabajo no para, ya que siguen cavándose tumbas. 

Fue en esta ciudad donde se vivió el bombardeo de las tropas rusas a un puente utilizado por refugiados para escapar de los ataques. Este asalto provocó la muerte de unos ocho civiles, entre ellos una familia entera, los padres y dos hijos.

Un mes más tarde, algunos ciudadanos de la localidad están regresando a sus hogares, unos edificios completamente destrozados. Por ello, muchos de ellos están entrando a sus casas por las ventanas.. No hay gas, tampoco electricidad. Sus habitantes se alimentan con la ayuda de hogueras que instalan en las calles. 

A vista de dron, hileras de tumbas con fechas grabadas. Según Reuters, la mayoría de ellas posteriores al día 24 de febrero, cuando las tropas rusas invadieron Ucrania. En marzo, el alcalde de esta ciudad anunció que el ejército ucraniano había recuperado el control del territorio. Irpin tenía una población de unos 62.000 habitantes antes de la irrupción de las fuerzas de Putin.

Los periodistas y reporteros de la zona aseguran que las escenas que se pueden ver parecen sacadas de una película de terror que roza el Apocalipsis. Explican que se han encontrado un total de 269 cuerpos en la ciudad dormitorio de más de 100.000 habitantes.