Jorge Faurie sucede a Susana Malcorro en crisis sorpresiva en Buenos Aires
No fue una salida abrupta. En ese sentido, no se vivió en Buenos Aires una crisis política como supuso el relevo del ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay. Susana Malcorro vuelve a Madrid donde reside su familia. Se va a convertir, como explicó el propio Mauricio Macri, en asesora con rango de ministra.
En el nuevo diseño en Buenos Aires, Jorge Faurie deja la Embajada en París para asumir la cartera de Exteriores sustituyendo a Susana Malcorro. Marcos Peña, jefe de gabinete (la figura de primer ministro) acumula más poder. Se refuerza igualmente el rol de Fulvio Pompeo como asesor de Mauricio Macri en asuntos internacionales.
Para el presidente en una pérdida en el día a día. Susana Malcorro, quien fue jefa de gabinete de Ban Ki-Moon, ha hecho saltar muchos cerrojos. Ha cambiado esa percepción del "lugar del fin del mundo", como proclamó Francisco al presentare como nuevo Papa, para situar a Argentina en activo papel entre Asia-Pacífico y la Unión Europea.
"Es complejo porque se trata de una decisión que tiene tensiones entre el orgullo de representar a la Argentina en el mundo y hacerme cargo de mis cuestiones familiares. La distancia con mi familia que vive en Madrid acumula dos años", dijo Susana Malcorro al anunciar su salida, una crisis algo presentida pero que sorprendió en el rápido desenlace.
Susana Malcorro deja su herencia en tres cuestiones fundamentales de la política exterior de Argentina: Venezuela, Brasil y la propia proyección externa del país.
A Susana Malcorro, habiendo vivido más de una década fuera del país, le preocupó al volver a Buenos Aires lo que califican en Argentina como el quiebre, un país dividido entre dos visiones, muy blanco o muy negro, bueno o malo: conmigo o contra mí. Así como el peso del populismo y el sentido de inmadurez.
Sobre Venezuela, le alarma obviamente la situación interna del país. Pero también le inquieta una Venezuela en crisis total por el impacto negativo que tendrá sobre los grandes esfuerzos para asentar una paz definitiva en Colombia. También, y es una cuestión importante que conoce bien, una Venezuela desestabilizada y en crisis se convertirá en factor negativo en los esfuerzos que se han hecho para estabilizar el Caribe contra el impacto del narcotráfico.
La tercera cuestión acuciante para ella es la falta de estabilidad en Brasil que representa el 40% del comercio de Argentina. Una solución política con instituciones sólidas supone para Susana Malcorro la única alternativa.
En Madrid liderará un activo lobby de la Argentina que quiere asentare con fuerza en el mundo. Por estas extrañas circunstancias de la vida, a lo mejor en la distancia, sin el desgaste en Buenos Aires del día a día, puede aportar a Mauricio Macri una visión y una perspectiva muy valiosa.
En el nuevo diseño en Buenos Aires, Jorge Faurie deja la Embajada en París para asumir la cartera de Exteriores sustituyendo a Susana Malcorro. Marcos Peña, jefe de gabinete (la figura de primer ministro) acumula más poder. Se refuerza igualmente el rol de Fulvio Pompeo como asesor de Mauricio Macri en asuntos internacionales.
Para el presidente en una pérdida en el día a día. Susana Malcorro, quien fue jefa de gabinete de Ban Ki-Moon, ha hecho saltar muchos cerrojos. Ha cambiado esa percepción del "lugar del fin del mundo", como proclamó Francisco al presentare como nuevo Papa, para situar a Argentina en activo papel entre Asia-Pacífico y la Unión Europea.
"Es complejo porque se trata de una decisión que tiene tensiones entre el orgullo de representar a la Argentina en el mundo y hacerme cargo de mis cuestiones familiares. La distancia con mi familia que vive en Madrid acumula dos años", dijo Susana Malcorro al anunciar su salida, una crisis algo presentida pero que sorprendió en el rápido desenlace.
Susana Malcorro deja su herencia en tres cuestiones fundamentales de la política exterior de Argentina: Venezuela, Brasil y la propia proyección externa del país.
A Susana Malcorro, habiendo vivido más de una década fuera del país, le preocupó al volver a Buenos Aires lo que califican en Argentina como el quiebre, un país dividido entre dos visiones, muy blanco o muy negro, bueno o malo: conmigo o contra mí. Así como el peso del populismo y el sentido de inmadurez.
Sobre Venezuela, le alarma obviamente la situación interna del país. Pero también le inquieta una Venezuela en crisis total por el impacto negativo que tendrá sobre los grandes esfuerzos para asentar una paz definitiva en Colombia. También, y es una cuestión importante que conoce bien, una Venezuela desestabilizada y en crisis se convertirá en factor negativo en los esfuerzos que se han hecho para estabilizar el Caribe contra el impacto del narcotráfico.
La tercera cuestión acuciante para ella es la falta de estabilidad en Brasil que representa el 40% del comercio de Argentina. Una solución política con instituciones sólidas supone para Susana Malcorro la única alternativa.
En Madrid liderará un activo lobby de la Argentina que quiere asentare con fuerza en el mundo. Por estas extrañas circunstancias de la vida, a lo mejor en la distancia, sin el desgaste en Buenos Aires del día a día, puede aportar a Mauricio Macri una visión y una perspectiva muy valiosa.
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