Lenín Moreno, de Quito a Guayaquil ante el plan urdido por Rafael Correa

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Muy grave situación política en Ecuador. Lenín Moreno abandonó el palacio de Carondelet y se trasladó de Quito a Guayaquil. Una marcha de indígenas está llegando a la capital tras bloqueos de carreteras, violentos enfrentamientos con los policías y soldados movilizados, y saqueos y ataques a empresas y negocios. Ante el clima de caos en Quito, Guayaquil cerró al tráfico sus puentes y puntos de acceso de forma temporal. Se han suspendido las clases.

La marcha de 20.000 indígenas exige a Lenín Moreno retirar las medidas económicas que han provocado un alza de la gasolina por la retirada del subsidio estatal a los combustibles. Al frente de esta protesta, el presidente de la Confederación de Indígenas, Jaime Vargas. En primera línea también, el presidente del Frente Unitario de Trabajadores, Nelson Erazo.

El secretario particular de la presidencia, Juan Sebastián Roldán, subrayó la gravedad de los acontecimientos. “Los hermanos indígenas nunca han saqueado, en la sierra centro nunca hemos visto imágenes como las que acabamos de ver: plantas siendo saqueadas, personas con palos impidiendo a otros trabajar, amenazándoles, destruyendo sus camiones. Eso no es protesta social", denunció afirmando que hay instigadores infiltrados.  Se han suspendido además las operaciones en tres campos petroleros de la zona amazónica.



En este escenario, los consulados de España en Ecuador han recomendado a los españoles evitar las zonas de protesta, como el centro histórico de Quito, viajar a las provincias de la sierra de Chimborazo, Cotopaxi, Tungurahua, Pichincha, Santo Domingo e Imbabura y, en caso de encontrarse ya en ellas, anular cualquier desplazamiento interno “ya sea a pie o por carretera”.

Un fondo de importantes medidas en el origen de esta crisis. Lenín Moreno quiere afrontar la estrechez fiscal que la economía de Ecuador arrastra desde hace años. La retirada del subsidio estatal a las gasolinas le ahorrará al Estado 1.400 millones de dólares, según cálculos oficiales.

Los transportistas reaccionaron con duras protestas que originaron la declaración del estado de excepción en todo el país. El gobierno llamó a la calma y el diálogo, y trató de explicar las medidas. Pero el conflicto se ha desbordado con la implicación de organizaciones sociales y la Confederación de Indígenas. La respuesta de Lenín Moreno ha sido el respliegue sobre Guayaquil y la acusación formal a Rafael Correa y Nicolás Maduro de encender el país.

Mensaje a la nación

En un mensaje a la nación por radio y televisión, Lenín Moreno, acompañado del vicepresidente Otto Sonnenholzner, y del ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, anunció que el traslado de las operaciones del Gobierno a Guayaquil se debe al asedio de los manifestantes en Quito.

"Me he trasladado a Guayaquil y he trasladado la sede del Gobierno a esta querida ciudad de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen", anunció señalando que "no es una manifestación de protesta frente a una decisión del Gobierno".

Acompañado de varios jefes militares, culpó a Rafael Correa (2007-2017) de estar detrás de lo que denominó "intento de golpe de Estado". "Hay una intención política organizada para desestabilizar el Gobierno y romper el orden constituido y romper el orden democrático", denunció.

Para Lenín Moreno, quienes han generado actos de violencia extrema son "individuos externos pagados y organizados" y dijo que no es coincidencia que varios líderes del Gobierno de Rafael Correa hayan ido a Venezuela hace algunos días para preparar el supuesto plan de desestabilización.

"Son los corruptos que han sentido los pasos de la justicia cercándolos para que respondan, son ellos quienes están detrás de este intento de golpe de Estado y están usando e instrumentalizando a algunos sectores indígenas, aprovechando su movilización", afirmó.

Aseguró que sus opositores correístas "están financiando las agresiones y los saqueos" con el dinero que "se robaron" durante la anterior administración, por lo que rechazó con contundencia "este atentado contra la democracia". Lenín Moreno agradeció a las Fuerzas Armadas y a la Policía y remarcó que su Gobierno va a "seguir protegiendo los derechos y la tranquilidad ciudadanas".

"Evitaremos siempre cualquier derramamiento de sangre", añadió e insistió en que "la democracia y la paz saldrán nuevamente victoriosas" de esta prueba. Pero sobre la medidas que han desencadenado la violenta protesta, repitió que no dará "marcha atrás" y que la eliminación de los subsidios o ayudas estatales para abaratar el coste de los combustibles, es una "decisión histórica" que mantendrá en firme para que "nuestra economía esté sana y la dolarización protegida".

Además, señaló que la medida de ajuste, que ha sido rechazada por varios grupos sociales, especialmente sindicatos e indígenas, afecta a grupos económicos poderosos, como los contrabandistas de gasolinas.
"Les aseguro que por duro que parezca hemos hecho lo correcto con la patria", sentenció Lenín Moreno tras llamar al diálogo a los sectores sociales, "una puerta que -según dijo- en el Gobierno jamás se cerró".