Nueva York vivió al borde de su peor pesadilla en Times Square en Manhattan

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Nueva York estuvo cerca de un atentado en pleno Manhattan, en la estación de metro de la plaza de Times Square. Hubo cuatro heridos, incluido el terrorista, Akayed Ullah, un ciudadano originario de Bangladés, de 27 años, que llevaba la bomba pegada al cuerpo. “Gracias a Dios no logró su objetivo último”, reconoció el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.



La bomba estalló en el pasillo que conecta la estación de autobuses y las líneas la Octava Avenida con el metro de Times Square en la Séptima Avenida. Pese al mutismo que rodea a la investigación, las pistas iniciales apuntan a que Akayed Ullah buscaba explosionar su bomba, un artefacto casero, en el momento que viera una mayor concentración de viajeros. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, reconoció el peligro del plan terrorista.

Fue un intento de atentado sobre la memoria reciente de la tragedia junto al World Trade Center el día de Halloween. La metrópoli no olvida además a sus héroes, las víctimas del ataque suicida contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001.

El intento de atentar contra el sistema masivo del metro de Nueva York se produjo en un marco inquietante. Donald Trump no ha tenido reparos en sopesar las consecuencias  de la decisión de trasladar la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén. Dio el portazó así a dos Estados y dos capitales, Israel y Palestina, y Jerusalén Este y Jerusalén Oeste. O una ciudad internacional y abierta como metrópoli para cristianos, judíos y musulmanes.

El terrorista identificado en la estación de metro de Times Square fue identificado como Akayed Ullah. De 27 años, llegó a Estados Unidos desde Bangladés en febrero de 2011. Utilizó un visado F4, de reunificación familiar. Trabajó como taxista en Nueva York durante tres años hasta marzo de 2015.
 
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