Siguen las protestas en Panamá por la subida de precios. (Foto: YouTube)

Panamá sufre una de las mayores crisis sociales de sus últimos años

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Panamá está sumida en una crisis social probablemente sin precedentes en la era democrática. Desde hace dos semanas, sindicatos de la construcción, organizaciones indígenas, productores agropecuarios, gremios docentes y de salud así como transportistas, pescadores... provocaron cierres de carreteras y calles en todo el país. 

Los motivos inmediatos del descontento son los mismos que en el resto del continente y del mundo: el aumento del precio del petróleo y la inflación que ha generado sobre los bienes de primera necesidad. Pero va más allá-

Los últimos meses habían dado amplias señales sobre el descontento ciudadano. En octubre de 2019, estudiantes de universidades privadas y públicas y miembros de los movimientos feminista y LGBT panameños se movilizaron durante semanas en contra de unas reformas constitucionales que, aunque necesarias, no cumplían con el objetivo al que las encuestas de opinión pública apuntaban: defender a los pobres.

Pasada una pandemia que trajo consigo una de las peores recesiones del mundo al país (-17,9%), se reanudaron focos de descontento, por motivos tan variados como la precaria situación de la caja del seguro social, el desempleo o una impopular reforma electoral.

Panamá ha sido uno de los países que más ha crecido en el mundo en las últimas décadas. En medio de las enormes protestas actuales, el Gobierno anunció con orgullo que Panamá ya se consideraba como un país de renta alta. Sin embargo, esto no esconde una enorme desigualdad, la tercera más importante del continente.

La masa salarial en la producción de riqueza ha disminuido del 50% del PIB a menos de 30% en 20 años. Sin embargo, las diferencias de patrimonio son aún más agudas. En 2013, 115 multimillonarios sumaban 16.000 millones de dólares.

Asimismo, la pandemia empeoró esta situación de desigualdad. El 49,5% de las personas declaran que sus ingresos disminuyeron durante la pandemia (datos de la encuesta CIEPS de Ciudadanía y Derechos, 2021) y la mayoría de las personas que han encontrado un empleo en los últimos meses lo han hecho en el sector informal.

Panamá no es un país que ignore su desigualdad. Según datos del Latinobarómetro, el 75,3% de las panameñas y los panameños declara que el reparto de ingresos es "injusto" o "muy injusto" y el 82,7% considera que el país está gobernado por "unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio".

Asimismo, existen graves problemas de confianza en Panamá. La Asamblea Nacional suma 84,2% de desconfianza, el Gobierno el 77,2%, el poder judicial un 75,9% y los partidos políticos el 87,5%. Sin embargo, no solo las instituciones públicas enfrentan este problema.
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