Ali Al Sistani, el guía espiritual de referencia en Irak. (Foto: 24h/RTVE)

El Papa con Al Sistani para agradecer la defensa de los perseguidos por ISIS

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Enorme expectación mundial y gran atención del presidente Joe Biden a todos los detalles de la histórica visita del papa Francisco a Irak.

El Papa se reunió en la ciudad sagrada de Nayaf con el gran ayatolá Ali Sistani, el líder de la comunidad chíi de Irak.



Se produjo el cierre del círculo que buscaba con ahínco el papa Francisco. Una labor tenaz de construir puentes con el Islam con un ambicioso objetivo, una alianza frente al extremismo.



En 2019, el Papa se reunió con el gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, el líder de la rama suní del Islam. Ahora ha mantenido un encuentro con Ali Sistani, de 90 años, para agradecerle la defensa de los perseguidos por Estado Islámico, ISIS. Desde que Sadam Husein fue derrocado, se ha convertido en una de las figuras de referencia en Irak.

Precisamente la vsita del Papa ha marcado una tregua en el hostigamiento de las milicias contra las fuerzas de seguridad y sus aliados. Especialmente Los Guardianes de la Sangre han respetado esta tregua.

Fue un encuentro de 45 minutos con Ali Al Sistani en Nayaf (Irak). Un momento histórico en las relaciones entre el Vaticano y el islam. Se pudo ver al Papa entrando en la casa del ayatolá, en uno de los barrios humildes de Nayaf.

En un comunicado de la oficina de prensa del Vaticano, se informó que el Papa ha subrayado "la importancia de la colaboración y amistad entre las comunidades religiosas para que, cultivando con respeto recíproco el diálogo, se pueda contribuir al bien de Irak, de la región y de la entera comunidad".

El encuentro ha servido para que el Papa agradeciese al gran ayatolá "que levantase la voz en defensa de los más débiles y perseguidos, afirmando que lo sagrado es la importancia de la unidad del pueblo iraquí". Ambos han ofrecido sus oraciones para un futuro de paz y de hermandad para toda la tierra iraquí, para Oriente Medio y el mundo.

Por su parte, un comunicado de la oficina de Al Sistani ha comunicado que han tratado los grandes "desafíos que enfrenta la humanidad" y que el ayatolá ha hablado de "las injusticias y opresión, la persecución religiosa e intelectual (...) el bloqueo económico y los desplazados de muchos pueblos de la región, entre ellos el pueblo palestino".

La máxima autoridad chíi ha expresado "su interés en que los cristianos vivan como los iraquíes, en paz y seguridad y con todos sus derechos".

Nayaf, a 160 kilómetros al sur de Bagdad, es el principal centro religioso de la rama chií del islam y destino de peregrinación de chiíes de todo el mundo. La ciudad alberga la tumba de una de los figuras más veneradas del islamismo, Ali, primo y yerno de Mahoma y el primer hombre en convertirse al islam.

No ha habido esta vez un documento común como el que firmaron en Abu Dabi hace dos años el Papa y el jeque egipcio Ahmad al Tayyeb, Gran Imán de Al Azhar, la mayor institución suní.

El ayatolá, de 90 años, nacido en Irán, es un guía espiritual muy apreciado por su sobriedad y sabiduría, incluso por quienes no pertenecen a la rama chií.

Sus fetuas (fatwa), edictos religiosos, supusieron una movilización en 2014 contra el Estado Islámico (ISIS). En enero de 2019, Ali Al Sistani pidió investigar los "crímenes atroces" perpetrados por los yihadistas contra algunas minorías de la sociedad iraquí, como los yazidíes en Sinyar, los cristianos en Mosul y los turcomanos en Tal Afar.
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