Pfizer y Moderna suben los precios de la vacuna
El Financial Times ha reportado a comienzos de agosto de 2021 que tanto Pfizer Inc. como Moderna Inc. han subido los precios de sus vacunas contra el covid-19 en los últimos contratos para el suministro en la Unión Europea.
La vacuna de Pfizer costaba 15,50 euros y ahora costará 19,50, y la de Moderna, que antes costaba 19 ahora costará 21, asegura el medio especialista en información financiera. Ambas vacunas son las más utilizadas para controlar y luchar contra la pandemia del covid-19 en Europa.
Por qué Pfizer y Moderna suben los precios de la vacuna
Según algunos expertos, ha sucedido porque la Unión Europea solo usa estas dos versiones de vacunas por ser demostradamente más eficaces que otras.
Al respecto, por ejemplo Oxford/AstraZeneca ya está prácticamente descartada, al menos en determinados países como Bélgica y España; esta es la vacuna que tiene el valor más bajo del mercado (2 euros a precio de coste).
Por su parte, la Janssen, que cuesta unos 8,40 euros, solo se aplica a mayores de 40 años. Así, las vacunas aceptadas que quedan para aplicar a la población general en todos los rangos de edad son la Pfizer y la Moderna.
Pero es que también los resultados que ambos laboratorios obtuvieron en ensayos clínicos de Fase 3 fueron muy positivos: demostraron ser mucho más efectivas que otras vacunas.
También sucede que otras vacunas del mercado han generado recelos y alarmas debido a sus posibles efectos secundarios. Tal es el caso de la AstraZeneca, que puede producir (aunque muy escasamente) trombosis.
Para esto, las farmacéuticas elevaron sus precios y obligaron a la UE a renegociar los términos de los contratos, que cubren 2.100 millones de dosis hasta 2023, y en el contexto de falta de suministros de otras vacunas hacia la UE y ante el temor de los posibles efectos adversos de algunas de ellas.
Ha sido, sin duda, una renegociación ventajosa para ambas compañías, que ven asegurados sus ingresos e incluso con una posible dosis de refuerzo ante la altísima tasa de contagio de la variante Delta del covid-19.
A la Unión Europea no le ha quedado más remedio que aceptar los nuevos términos frente a lo que las farmacéuticas aducen: al ser más efectivas, su valor aumenta, y en consecuencia, el precio. Por eso Pfizer y Moderna suben los precios de la vacuna.
Así, la UE puede garantizar la vacunación contra el coronavirus de toda la población europea, y se cura en salud si acaso se necesitase en el futuro una tercera dosis ante las variantes que puedan surgir.
La eficacia más alta de ambas vacunas ha sido el empujón hacia la subida de precios, con la renegociación de los contratos frente a otras empresas rivales, como la ya citada AstraZeneca o Johnson & Johnson.
Sin desmerecer los resultados clínicos, todo esto podría influir en el ya abultado movimiento antivacuna y negacionistas de la pandemia, que verían en el aumento de precios un motivo más para desconfiar de las farmacéuticas y los grandes grupos empresariales mundiales.
La vacuna de Pfizer costaba 15,50 euros y ahora costará 19,50, y la de Moderna, que antes costaba 19 ahora costará 21, asegura el medio especialista en información financiera. Ambas vacunas son las más utilizadas para controlar y luchar contra la pandemia del covid-19 en Europa.
Por qué Pfizer y Moderna suben los precios de la vacuna
Según algunos expertos, ha sucedido porque la Unión Europea solo usa estas dos versiones de vacunas por ser demostradamente más eficaces que otras.
Al respecto, por ejemplo Oxford/AstraZeneca ya está prácticamente descartada, al menos en determinados países como Bélgica y España; esta es la vacuna que tiene el valor más bajo del mercado (2 euros a precio de coste).
Por su parte, la Janssen, que cuesta unos 8,40 euros, solo se aplica a mayores de 40 años. Así, las vacunas aceptadas que quedan para aplicar a la población general en todos los rangos de edad son la Pfizer y la Moderna.
Pero es que también los resultados que ambos laboratorios obtuvieron en ensayos clínicos de Fase 3 fueron muy positivos: demostraron ser mucho más efectivas que otras vacunas.
También sucede que otras vacunas del mercado han generado recelos y alarmas debido a sus posibles efectos secundarios. Tal es el caso de la AstraZeneca, que puede producir (aunque muy escasamente) trombosis.
Para esto, las farmacéuticas elevaron sus precios y obligaron a la UE a renegociar los términos de los contratos, que cubren 2.100 millones de dosis hasta 2023, y en el contexto de falta de suministros de otras vacunas hacia la UE y ante el temor de los posibles efectos adversos de algunas de ellas.
Ha sido, sin duda, una renegociación ventajosa para ambas compañías, que ven asegurados sus ingresos e incluso con una posible dosis de refuerzo ante la altísima tasa de contagio de la variante Delta del covid-19.
A la Unión Europea no le ha quedado más remedio que aceptar los nuevos términos frente a lo que las farmacéuticas aducen: al ser más efectivas, su valor aumenta, y en consecuencia, el precio. Por eso Pfizer y Moderna suben los precios de la vacuna.
Así, la UE puede garantizar la vacunación contra el coronavirus de toda la población europea, y se cura en salud si acaso se necesitase en el futuro una tercera dosis ante las variantes que puedan surgir.
La eficacia más alta de ambas vacunas ha sido el empujón hacia la subida de precios, con la renegociación de los contratos frente a otras empresas rivales, como la ya citada AstraZeneca o Johnson & Johnson.
Sin desmerecer los resultados clínicos, todo esto podría influir en el ya abultado movimiento antivacuna y negacionistas de la pandemia, que verían en el aumento de precios un motivo más para desconfiar de las farmacéuticas y los grandes grupos empresariales mundiales.
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