Presión sobre Carrie Lam para investigar la brutalidad policial en Hong Kong

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La situación está girando, rápidamente, hacia un escenario cada vez más peligroso. Hong Kong avanza hacia una gran crisis política. Lo que comenzó como un movimiento contra una controvertida ley se ha expandido a algo mucho más grande, la Revolución negra. La frustración se está acumulando en todos los bandos. Los manifestantes exigen ahora más democracia y una investigación sobre la brutalidad policial. Pekín ha subido el tono a amenazas muy directas de intervención militar.

Los aviones volvieron a despegar de Hong Kong, pero la ciudad sigue bajo tensión tras otra jornada de caos y protestas. Las acciones de los manifestantes paralizaron el aeropuerto, el octavo mayor del mundo, agravando la crisis en la ciudad, que comenzó hace diez semanas y supone el mayor desafío a la autoridad de China sobre el territorio desde su devolución por Reino Unido en 1997.



Los manifestantes prodemocracia se retiraron del aeropuerto de Hong Kong, que este miércoles 14 recuperaba su ritmo normal tras dos días de protestas . El martes, Pekín aviso de la amenaza de una intervención a través de una serie de videos difundidos por los medios oficiales. Mostró a las fuerzas de seguridad concentrándose en la frontera.



Las manifestaciones, que han movilizado en las calles a millones de personas, comenzaron a protestar primero por el proyecto de ley que habría permitido las extradiciones a China. Pero después se transformaron en una protesta más amplia en defensa de las libertades democráticas y contra la influencia de la República Popular China en el territorio.

La jefa de gobierno de Hong KongCarrie Lam, celebró una conferencia de prensa en la que advirtió sobre las peligrosas consecuencias si la escalada de la violencia no cesa. "Tómense un momento para pensar, miren nuestra ciudad, nuestro hogar. ¿Realmente quieren que lo lleven al abismo?", preguntó, negándose de nuevo a hacer cualquier concesión a los manifestantes.

El gobierno chino ha señalado en varias ocasiones que los manifestantes están rozando los límites del estatuto "un país, dos sistemas", que rige la autonomía de Hong Kong. Las autoridades de Pekín describieron el lunes algunas de las violencias como "terrorismo", y medios estatales empezaron a difundir videos en los que se ve a las fuerzas de seguridad concentrándose en la ciudad de Shenzhen, fronteriza con Hong Kong.

El presidente Donald Trump tuiteó el martes que los servicios de inteligencia estadounidenses habían confirmado el despliegue de tropas chinas en la frontera. "Espero que se resuelva pacíficamente. Espero que nadie salga lastimado. Espero que nadie sea asesinado", dijo ante la prensa.

Por otra parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por la represión de esas protestas y reclamó una "investigación imparcial" en la ex colonia británica.
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