Puerto Rico sufre con la falta de electricidad en un panorama desolador

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La ayuda humanitaria y los suministros llegan con cuenta gotas a las zonas más aisladas de Puerto Rico tras la devastación que supuso el paso del huracán María mientras, con mucha lentitud, se trata de recuperar la normalidad, aunque la falta de electricidad sigue siendo el principal reto.   

La situación, tan solo cinco días después de que María partiera por la mitad una isla que atravesaba ya de por sí una crítica situación económica, es muy difícil,  con la infraestructura eléctrica prácticamente inoperante (salvo puntos específicos como hospitales) y las telecomunicaciones en precario estado.

El gobernador Ricardo Rosselló insistió en su petición de ayuda a Estados Unidos y apeló a que Washington garantice el soporte que necesita ahora la isla, literalmente devastada por el  huracán María, catalogado por algunos especialistas como el más poderoso de la historia.

 "Lo que estamos sugiriendo inicialmente es que nos aseguremos de conseguir los aviones necesarios, las capacidades necesarias para que podamos llegar a la gente", indicó Rosselló. Aunque se trata de recobrar la normalidad en San Juan y las principales ciudades en las zonas aisladas el panorama es desolador.

 "Necesitamos prevenir que ocurra una crisis humanitaria en Estados Unidos, pues Puerto Rico es parte de Estados Unidos", subrayó Rosselló, en un intento de que Washington no se olvide de la isla, donde todavía hay miles de refugiados.

 Ante el colapso de la infraestructura eléctrica, las plantas con diesel fueronla alternativa durante los primeros días, aunque se teme que el combustible comience a escasear. Los puertos están ya operativos y las embarcaciones con alimentos y suministros van llegando a la isla con ayuda, como también lo hace personal de agencias federales estadounidenses.


 
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