Análisis de la CEPAL: ¿Por qué América Latina crecerá solo un 1,8% en 2024?
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La CEPAL ha ajustado a la baja su previsión de crecimiento para América Latina en 2024, situándola en un modesto 1,8%. Esta revisión refleja un panorama económico complicado. Según el informe, todas las subregiones están experimentando un crecimiento bajo. Por ejemplo, América del Sur crecerá solo un 1,5%, mientras que Centroamérica y México alcanzarán un 2,2%. Incluso el Caribe, que generalmente tiene un crecimiento más robusto, se espera que crezca solo un 2,6%.
¿Por qué ocurre esto? La CEPAL señala varios factores que están frenando la economía regional. La inversión ha caído, la productividad laboral es baja y las políticas macroeconómicas no están logrando el impacto esperado. Además, el entorno global sigue siendo incierto, lo que añade una capa de complejidad a la situación.
Factores que explican la desaceleración económica en América Latina
Entonces, ¿qué está causando esta desaceleración en América Latina? Hay tres factores clave que la CEPAL destaca en su análisis. Primero, la baja inversión. Sin el capital necesario, las economías de la región no pueden crecer al ritmo deseado. Segundo, la escasa productividad laboral. Las economías latinoamericanas están luchando por mejorar la eficiencia en sus sectores productivos. Y tercero, la limitada capacidad para aplicar políticas macroeconómicas efectivas. Esto significa que los gobiernos no están logrando implementar medidas que puedan estimular el crecimiento de manera significativa.
Además, no podemos ignorar el impacto de los factores externos. La inestabilidad global, los conflictos geopolíticos y las políticas proteccionistas en otras partes del mundo están afectando negativamente a la región. Estos desafíos están limitando las oportunidades de crecimiento en América Latina.
Consecuencias sociales del bajo crecimiento económico
El bajo crecimiento económico no solo afecta a las cifras macroeconómicas, sino que también tiene un impacto directo en la vida de las personas. Según la CEPAL, uno de los efectos más preocupantes es la desaceleración en la creación de empleo. En la última década, la tasa de crecimiento del empleo ha sido solo del 1,3%, muy por debajo de lo necesario para absorber la creciente población activa.
Este bajo crecimiento del empleo ha llevado a un aumento en el trabajo informal, especialmente entre las mujeres. Sectores como la construcción, el comercio y los servicios, que ya tienen baja productividad, están viendo un incremento en la contratación informal, lo que agrava la precariedad laboral. Además, la desigualdad de género en el mercado laboral sigue siendo un problema persistente, con menos mujeres participando en empleos formales y bien remunerados.
En resumen, el bajo crecimiento proyectado para 2024 es una señal de alarma que no podemos ignorar. Sin embargo, también es una oportunidad para repensar las estrategias de desarrollo en América Latina. Con las políticas adecuadas y un enfoque en el desarrollo sostenible, la región puede superar estos desafíos y abrirse camino hacia un futuro más próspero. La CEPAL ha puesto las cartas sobre la mesa; ahora, es el momento de actuar.