El presidente de Nicaragua echó balones fuera sobre las denuncias de manifestantes y sacerdotes católicos, y quitó importancia a las más de 350 muertes que hubo desde que empezara la represión.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le culpó de al menos 212 personas, 1.337 heridos y 507 personas privados de la libertad. Entre los fallecidos hay niños de no más de quince meses.
Maduro criticó a sus adversarios, específicamente a Julio Borges, que fue a Santo Domingo. Para el opositor Luis Florido se trata únicamente de "encuentros exploratorios".
Era una de las promesas de campaña de Donald Trump, quien siempre se manifestó escéptico frente a un tema crucial refrendado por todo el planeta, excepto Nicaragua y Siria.