Triunfo político de Pedro Pablo Kuczynski frente a Keiko Fujimori

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El Congreso de Perú rechazó la petición de destitución presentada por la oposición política contra el presidente del país, Pedro Pablo Kuczynski, por una supuesta "incapacidad moral" por sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, implicada en un gran caso de corrupción que se extiende por toda América Latina. De esta forma, el partido fujimorista fracasa en su intento de alcanzar el poder.

Tras una sesión de más de 13 horas, la petición sólo obtuvo 79 votos a favor de los 130 legisladores y fue rechazada, al quedar por debajo de los 87 votos necesarios para salir adelante.

La moción que solicitaba la destitución recibió 19 votos en contra y 21 abstenciones por lo que fue archivada, y Kuczynski seguirá al frente de la jefatura del Estado peruano.

En la decisión final tuvieron un rol decisivo los legisladores del bloque de izquierda Nuevo Perú, que se retiraron en bloque antes de la votación y exhibieron carteles que decían "Ni golpismo ni lobbismo".

Sin embargo, también se produjo la inesperada abstención de 10 legisladores del partido fujimorista Fuerza Popular, que domina el Congreso y había anunciado una votación en bloque a favor de la destitución de Kuczynski.

La votación se dio tras un debate en el pleno del Congreso de más de 9 horas, que estuvo precedido por el discurso de Kuczynski que duró dos horas y en el que estuvo acompañado por su abogado, Alberto Borea.

Kuczynski instó a los congresistas a que "salven la democracia" y rechacen la petición de destitución, a la vez que negó haber favorecido a Odebrecht o mentido en su relación con esa constructora.

"No está en juego mi permanencia en el cargo, está en juego la estabilidad democrática, no apoyen una vacancia [destitución] sin sustento, porque el pueblo no olvida, ni perdona", expresó el mandatario. Kuczynski reiteró que es propietario de Westfield Capital, dedicada a asesorías financieras desde 1992, y que cuando fue ministro del Gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), esa compañía era gestionada por su exsocio, Gerardo Sepúlveda.

"Soy un hombre honesto, jamás he recibido un coima o un soborno, que haya torcido mi voluntad. Ni mi empresa ni yo hemos contratado con el gobierno, jamás incurrí en conflicto de intereses", concluyó.
 
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