El maletín nuclear ruso de la década de 1990 con un sistema de control portátil para el arsenal nuclear de Rusia. (Foto: Wikimedia)

Vadim Zimin encargado de los códigos nucleares ha sido asesinado

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Un coronel de la FSB, que llegó a ser el encargado de portar el maletín nuclear de los presidentes rusos Boris Yeltsin y Vladímir Putin, murió varios días después de haber sido hallado con un disparo en la cabeza, en el baño de su residencia en Krasnogor.

Vadim Zimin, de 53 años, fue miembro del Servicio Federal de Seguridad (FSB), y llegó a desempeñarse como portador del maletín nuclear, el “Cheget”, con los presidentes Yeltsin y Putin.

Ya se encontraba retirado de la FSB y se desempeñaba en un alto cargo en la Administración Central de Aduanas, donde había sido acusado de soborno. Zimin enfrentaba cargos por corrupción y se encontraba bajo arresto domiciliario. 

Fue su hermano quien lo encontró en el baño de su casa, “en un charco de sangre”, y junto a una pistola neumática Izt 79-9TM. De inmediato fue trasladado a una Unidad de Cuidados Intensivos, pero no sobrevivió.

Dada la situación en que se encontraba se ha manejado la hipótesis del suicidio, aunque su hermano no la comparte.

El “Cheget”

Cheget es el nombre de una montaña del Cáucaso, y es también el nombre que se ha dado al maletín con los códigos de los misiles nucleares que acompaña al presidente ruso.

En realidad, son tres los maletines de esta clase, llevados por escoltas como Vadim Zimin: el que acompaña al presidente, el del ministro de la defensa y el del jefe del estado mayor.

Estos maletines, además de llevar los códigos de los misiles nucleares, contienen un sistema de comunicación que conecta a los altos mandos involucrados en la decisión de una guerra nuclear, y a los comandos encargados de ponerla en acción.

¿Suicidio u otra muerte misteriosa?

Desde que comenzó la guerra de Ucrania ha habido varias muertes “misteriosas” entre los millonarios rusos y representantes del poder político cercanos a la figura de Vladímir Putin. 

Entre febrero y abril hubo al menos seis muertes misteriosas de oligarcas rusos, que tenían en común su posición contraria a la guerra. 

Dos de ellos murieron fuera de Rusia, uno en Reino Unido y el otro en España: Serguéi Protosenya, que apareció ahorcado en su villa, en Girona, junto a su mujer y su hija, que murieron apuñaladas.

El caso se presentó como asesinato y suicidio, pero el hijo de Protosenya no lo cree.

Para millonarios rusos como el banquero ruso Germán Gorbuntsov no se trata de una casualidad:

"Un asesino se inventa su propio método cuando se le ordena acabar con una familia... Métodos similares, pero cada uno ligeramente diferente: un hacha por aquí, una pistola por allá. Los muertos son todos iguales. Una vez quizás, dos veces una coincidencia. Esto no es una coincidencia. No es un suicidio".
En el caso de Vadim Zimin es poco probable que se investigue más allá de la hipótesis de un suicidio debido a las acusaciones de corrupción, y a pesar de las aseveraciones en contra por parte de su hermano.
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