Histórica visita del papa Francisco a Irak. (Foto: ABCnews)

Viaje de Francisco a Irak donde el cristianismo ha sido masacrado

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El papa Francisco cumple el sueño de san Juan Pablo II, el pontífice que para el gram Jubileo del año 2000 quiso peregrinar a Ur de los Caldeos donde nació Abraham, el patriarca de las tres grandes religiones monoteistas: Cristianismo, Judaísmo e Islam.



El Papa, que retoma sus visitas internacionales tras 15 meses, será el primero en llegar a la tierra del profeta Abraham, a la que tanto san Juan Pablo II y Benedicto XVI quisieron viajar pero nunca lo consiguieron

Una visita histórica en medio de altas medidas de seguridad y la pandemia del coronavirus. Francisco viaja a un país martirizado donde espera reconfortar a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo, destruida por los conflictos y las persecuciones.

Francisco dijo que realiza esta primera visita de un papa a Irak como “peregrino de la paz”. El papa quiere tender también la mano a los musulmanes chiíes en un encuentro con el gran ayatolá Ali Sistani, la máxima autoridad religiosa para los fieles de esta rama del Islam.



Durante esta visita de cuatro días por varias ciudades , el Papa estará solo en las carreteras arregladas para esta ocasión debido a un confinamiento total decretado en el país. El número de casos ha batido esta semana un récord desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, con más de 5.000 contagiados diarios.



El helicóptero o el avión papal sobrevolará a veces zonas donde se esconden todavía yihadistas del grupo Estado Islámico.

Las etapas en las cuatro esquinas del país reunirán solo a unos centenares de personas, con excepción de la misa del domingo en el estadio de Erbil, en el Kurdistán, en la que participarán varios miles de fieles que han reservado su plaza con antelación. Una visita muy esperada por el `patriarca católico paldeo Louis Raphael I Sako de Babilonia.



El programa papal comprende Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh. Del viernes al lunes va a recorrer 1.445 km en un país que el miércoles fue golpeado por disparos de cohetes, último episodio de las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes en Irak.

Francisco comienza este viaje con un discurso ante los dirigentes iraquíes. Más allá de las dificultades de seguridad o económicas que sufren los 40 millones de iraquíes, el Papa quiere destacar del traumatismo adicional de los cristianos.

Cuando en 2014, Estado Islámico conquistó la llanura de Nínive, bastión cristiano del norte, decenas de miles de habitantes huyeron y pocos confían ahora en las fuerzas del orden que entonces los abandonaron.

El cardenal Leonardo Sandri, que dirige la Congregación de las Iglesias Orientales en el Vaticano y acompaña al papa, lamenta que “un Oriente Medio sin cristianos, es un Oriente Medio que tiene harina pero le falta la levadura y la sal”. El Papa quiere pedirles que permanezcan o regresen a Irak donde quedan 400.000, frente a 1,5 millones hace veinte años. No hay que olvidar que desde hace 40 años Irak vive de guerra o en crisis política o económica.

Según la fundación Ayuda a la Iglesia en peligro, solo 36.000 de los 102.000 cristianos que se fueron de Nínive han vuelto. Y entre ellos, un tercio dice que prevé irse del país para 2024 por miedo a las milicias y debido al desempleo, la corrupción y la discriminaciones.

El sábado, y por primera vez en la historia, el Papa será recibido en la ciudad santa de Nayaf por el gran ayatolá Ali Sistani en persona, un hombre frágil de 90 años que nunca ha aparecido en público. El papa participará también en una oración en Ur, la cuna de Abraham en el sur tribal y rural, con dignatarios chiíes, suníes, yazidíes y sabeos. Muy seguramente ek viaje más histórico y peligroso del papado de Francisco.
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